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La funámbula

La vida en cine

<h3>La vida en cine</h3>

Empezar el año es una buena disculpa para escribir sobre cine. De acuerdo que es cine del antiguo, casi prehistoria del cine actual, pero en mi sigue latente la misma emoción que me acompañó cuando la vi en una sala del antiguo Museo Español de Arte Contemporáneo, en la actualidad, y desde la creación del MNCARS, Museo del Traje (me pregunto cómo se sentirán los museos degradados). Pero no quiero hablar sobre museos sino sobre películas, en este caso "Napoleón" de Abel Gance. Recuerdo la emoción de aquellos días en que mi ración semanal de cine consistía en un estreno, una película de cine negro americano de la década de los 40 y los 50 y una de los comienzos del cine. De esa manera llegué a conocer a directores como Griffith, Eisenstein, Murnau, Lang, Dreyer, Clair o Von Stroheim. Y claro también Gance. Cumpliendo una especie de rito sagrado mi amiga Begoña y yo nos embarcamos una tarde en aquella sala de cine, pensando que estábamos a punto de ver algo excepcional y único. Sabíamos del sentimentalismo que acompañaba a la restauración de Coppola, el entonces joven director llamando por teléfono al viejo maestro para que escuchara los aplausos, la sala puesta en pie ovacionando las cuatro horas de cine acompañado por la excelente música de Carmine Coppola dirigiendo la American Symphony Orchestra... También conocíamos las poderosas innovaciones técnicas de Abel Gance, incluso las vicisitudes que acompañaron el rodaje en los años 20. No nos equivocamos como demuestra que dos décadas después siga evocando en mi mente aquella tarde y las imágenes que la acompañaron.

El 7 de abril de 1927, más de dos años después de iniciarse el rodaje, "Napoleón" se estrena en París con una duración de 210 minutos, que fue ampliada a 350 minutos en las proyecciones que tuvieron lugar en el cine Apolo. En 1934 volvía a estrenarse en París, esta vez con diálogos y efectos de sonido añadidos. En 1971, una nueva versión se asomaba a las pantallas, con escenas recortadas o añadidas desde la última versión. En 1981 los estudios de Coppola, Zoetrope Studios, restauraron la copia original de 1927.

En el proyecto inicial de Abel Gance esta era solo la primera de seis partes sobre la biografía de Napoleón. Narra la vida del emperador desde que es un niño hasta el momento en el que su ejército emprende bajo su mando la campaña italiana. Nos cuenta la primera época de su vida, cuando fue no sólo un héroe nacional francés sino que además influyó en las ideas y los valores republicanos que afectaron a gran parte de Europa.

Aunque la película entusiasmó a todo el mundo durante su estreno por sus innovaciones y grandiosidad, al ser tan larga tenia pocas posibilidades en una época en la que se tardaba mucho en el traslado de la cinta de una ciudad a otra, y mucho más de un país a otro, de modo que con la aparición del cine sonoro se perdió rápidamente el interés. El proyecto inicial se vio truncado y la cinta sufrió una drástica reducción de su metraje.

Gance introduce en la película un sin fin de novedades, la proyección simultánea de tres imágenes en algunas secuencias lo que se convirtió en un antecedente del sistema Cinerama de los años 50, para ello usó varias cámaras rodando a la vez y posteriormente aparecía la imagen en pantalla de todas ellas, como sobre todo en las escenas de multitudes durante la parte final de la película en la que vemos que la pantalla se divide en tres partes que pueden filmar la misma situación o incluso insertar entre ellas primeros planos del propio Napoleón como victorioso conquistador. Además fue un pionero en la colocación de cámaras en lugares poco usuales por aquel entonces, a lomos de un caballo al galope, sobre un trineo, colgada en lo alto de un mástil, dando lugar a planos subjetivos desconocidos hasta aquel momento. Utilizó también cámaras pequeñas para encuadrar escenas de masas y batallas. Y aportó la división de la pantalla hasta en nueve partes distintas.

Os recomiendo que si tenéis oportunidad de verla en una sala de cine dejéis que el encanto de "Napoleón" os seduzca y conquiste porque la poesía fluye de esas imágenes, tanto que hasta un poeta, Antonin Artaud, se atrevió a ponerse en la piel del revolucionario Marat...

6 comentarios

Charles de Batz -

Sin duda una de las maravillas del cine, llena de imágenes inolvidables.

Personalmente, me quedo con la primera parte, con esa batalla de bolas de nieve en la que Gance estrena en el cine el empleo de la cámara subjetiva; y sobre todo con la escena en la que el pequeño Napoleón se queda dormido sobre un cañón con el pequeño águila en sus brazos.

Celebro encontrarmelo en tu casa.

Salud

ladydark -

Vere si puedes hazlo aunque para apreciarla creo que es necesaria una pantalla bien grande :). Besos y un año estupendo amigo.
anarkasis querida la versión que restauró Coppola no llega a las 3 horas... lo mismo sales con el mismo novio ;).
Vigi bienvenido, parece mentira que tanto tiempo frecuentando los mismos blogs y no nos hayamos leido, pero a partir de ahora hago propósito de enmienda.
Doña Gata es lo que tiene ser una senil ancianita jajaja. Pero vamos a cambio de cine de ahora que tan rebien comenta usted, yo estoy pez, pez. Mil besos para los gatos del callejón :).

gatavagabunda -

¡Atiza!
Snif, todo mi cine mudo se remonta a mi infancia-adolescencia en La 2... Creo que si algún día quiero recuperar mi cultura sobre el cine en sus inicios no me quedará más remedio que pagar televisión.

Gracias por un post tan bonito...

Que sus majestades sean espléndidos con usted, Ladydark. Merecido lo tiene :*

Vigi -

Toda una gozada de película, y un gran blog que desconocía.

Un saludo.

anarkasis -

350 minutos ¡¡casi seis horas!! da tiempo a enamorarse, casarse, hacer un hijo, plantar un árbol en la puerta del cine y escribir un post como este en el movil con los dedos de los pies, divorciarse??,-si tambien
entras con un novio y sales con otro..
me llevaré la nevera playera....
Tomo nota

Vere -

Un placer empezar el año con tu post Lady.
No he visto la peli y ardo en deseos de encontrarla.
He visto por ahí que Albert Dieudonné se volvió loco y creía -naturalmente- ser Napoleón. Un abrazo y que te leamos mucho este año.