La música secreta
Es sábado por la noche. La tarde se ha ido deslizando silenciosamente mientras mantengo un libro en las manos. Es "El pintor de batallas", tal vez Perez-Reverte ya no sea el que fue, pero ese libro me ha ido perdiendo por los caminos de una guerra circular. Faulques, derrotado, muerto, ejerce de maestro de ceremonias para presentarme a otros, que antes que el, han mirado cara a cara al caos, a la muerte, intentando encontrar una respuesta lúcida y diáfana. Ucello, Brueghel, Goya, Meissonier y así una lista innumerable, todos ellos acompañan a Faulques en su búsqueda, en la explicación del aleteo de la mariposa. Y alrededor, destacando como un fantasma del pasado, que en realidad viene a ser su presente, Markovic, con una tarea imposible porque ya esta cumplida. Y alguna mujer a pesar de su nombre, siempre en el recuerdo, Olvido, o una Carmen nueva. Pero yo no quería hablar de lecturas, hoy no. Decía que la tarde había pasado cuando él abre la puerta, con esa sonrisa franca se me acerca y me besa. Sé que tenemos planes, pero me cuesta levantarme del sofá, la pereza se ha adueñado de mí. Entonces dice las palabras mágicas:"Concierto de jazz". Corro como una cría, dejando la batalla de Faulques encima de la mesa, el fotógrafo puede esperar, abandonada al próximo reencuentro con sus páginas. Me visto y antes de que hayan pasado diez minutos, estoy feliz y radiante con la mano sobre el pomo de la puerta de la calle.
No es el típico local de jazz, íntimo y recogido. Es un salón amplio con fantástica acústica y en el que, para mi desgracia, esta prohibido fumar. Nos hemos quedado atrás, en la barra, esperando como dos adolescentes que apaguen las luces y empiece el milagro, la música.
No es una gran orquesta, son músicos de una ciudad pequeña, que tocan por verdadero amor a la música. Hoy tienen preparado a Bob Mintzer, saxofonista y compositor, con especial dedicación al saxo tenor.
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Siento su mano en la mía, y las notas se funden como nieve al sol de primavera, deslizándose por los recovecos de mi cabeza. Me dejo llevar, estoy en algún club neoyorquino de los años 50, la gente baila a mí alrededor, la orquesta desgrana su repertorio... Giro levemente la cabeza y le veo a mi lado, rozo sus labios, perdida en el tunel del tiempo, y... Siento su mano en la mía.
8 comentarios
En el fotograma -
De Reverte, confieso no haber leído más que párrafos sueltos. Es que todo es tan fugaz, que en un libro se te va la vida y a veces una no sabe por dónde comenzar y se dejan autores flotando...
Se acerca el 2007, y si es que vuelves después del 31, por si acaso te envío un gran abrazo y buenos deseos de ventura y energías para todo lo que quieras realizar.
¡Hasta pronto LadyDark!
Vere -
ladydark -
ladydark -
Doña Gata, me encantan estos caminos tan poco trillados en los que nos encontramos, seguro que quedan muchisimos más :)(Mmmm que fantástico Gillespie, te dejo un link donde esta una grabación del Youtube con Charlie Parker:
http://www.youtube.com/watch?v=rFFfoLhxgmI&mode=related&search=)
Por cierto ¡viva el fumeteo! jajaja
anarkasis -
¡¡¡la madre que los trujo,
Serendipiadipia, Me encanta fumar (aunque no lo practico desde hace mucho...)
http://www.anarkasis.com/fumadoras/editorial/index.htm
Vailima -
SERENDIPIA, SERENDIPIA...
gatavagabunda -
Imaginaba que teníamos cosas en común -quizá la manera de sentir-, pero hoy me ha quedado bien clarito que eres toda un alma gemela.
Venga, voy a poner a Gillespie en tu honor.
Vailima -
Este verano leí su novela. Sentía alguna reticencia inexplicable e irracional hasta que me llamó. Autobiográfica (como dice él) y triste. Una opción ética de la que no te desvelaré el final.
Me gusta verte así de enamorada...