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La funámbula

El chico maravilloso

<h3>El chico maravilloso</h3>

Normalmente cuando se describe este cuadro,"La muerte de Chatterton" de Henry Wallis se mencionan dos símbolos: la vela extinguida sobre la mesita, y la flor cuyo pétalo ha caído. Ambos aluden a la muerte prematura del poeta. Se pasa por alto la ventana que da luz sobre la escena, ventana de una buhardilla a medio abrir sobre los tejados de Londres. A los diecisiete años, Thomas Chatterton se ha quitado la vida. De su mano rueda la botella de arsénico que ha bebido, podemos notar el olor de almendras amargas, ver los trozos de papel de sus versos que yacen en el piso. El pintor Wallis ha querido que la ventana quedara abierta para llenar de frío una habitación helada por la muerte.
Thomas Chatterton (1752 - 1770) persiguió en vida el renombre y lo obtuvo, pero sólo alcanzó un éxito oblicuo y murió condenado al rumor. Chatterton encarna, la figura del buscador de prestigio o cazador de fortuna literario, dice su leyenda negra que fue un joven poeta que quiso encaramarse a la gloria, y fue rechazado en el medio literario por su reputación de falsificador. Era un imitador dotado y también un autor fecundo. A los 11 años había falsificado en unos pergaminos antiguos documentos literarios supuestamente escritos en el siglo XV por un monje medieval de nombre Thomas Rowley. Chatterton procedió a solicitud de William Barrett, un anticuario de Bristol que conocía sus habilidades y le propuso confeccionar poemas antiguos que él certificaría como auténticos. Esos poemas se hicieron rápidamente célebres bajo el nombre de "The Rowley Sequences" que, se decía, revelaban a un poeta de la estirpe de Geoffrey Chaucer. Precisamente en él había fundado Chatterton sus imitaciones. Una vez descubierto el fraude, el poeta abandonó Bristol y viajó a Londres, donde probó fortuna como escritor de parodias, canciones y poesía de ocasión en periódicos y revistas durante algunos meses, buscando un patrocinio que le diera los medios de vida que, finalmente, no consiguió. Pronto se halló endeudado y en la miseria. Sin esperanza de éxito, se quitó la vida meses antes de cumplir los dieciocho años, en una buhardilla de pensión, como quiere evocarlo Henry Wallis en el ó1eo que pintara 85 años más tarde.
La leyenda negra lo llamó impostor. Será una generación posterior, la de Coleridge, Wordsworth y Keats, la que habrá de rescatar su fama para glorificarlo en la leyenda dorada de genio incomprendido. Wordsworth, quien nació el mismo año en que aquel se quitara la vida, lo nombrará prodigio, "The marvelous boy".
Esa ventana que se abre al rumor de Londres podría significar que el nombre de Chatterton irá de boca en boca, como realmente ocurrió después. Esa ventana de edificio reabre la alegoría arquitectónica de la Fama, imaginada por Ovidio: un sonoro palacio de bronce con mil aberturas por las que penetran todas las voces del mundo y salen amplificadas (Metamorfosis, XII). La ventana se abre como un libro, y el propio formato del cuadro aparenta un libro abierto de par en par. El retrato exánime que pintó Wallis fue por sustitución. El modelo fue George Meredith, quien posó para inmortalizar a Chatterton.
Si consultáramos su nombre en una enciclopedia, lugar a donde se retiran los muertos, o mejor dicho a donde se ventilan los muertos, auténticos palacios de la fama de innumerables entradas y salidas, si, como decía, después de consultar el artículo "Chatterton" en la enciclopedia Larousse uno baja un poco más sus ojos, tras chattisgarhï y chatungo, a, se encontrará con una sorpresa que sólo el azar puede dar, le sigue Geoffrey Chaucer...

9 comentarios

Pedro (Glup) -

“Soy mi primer historiador, juglar de ausencias.
¿Quién podrá acusarme
otra vez de falsario?
Ya no es falso
esto que se confunde con los otros fantasmas.”

(Cortázar)

ladydark -

Vailima el descanso, quiero escribir sobre eso, he observado algo muy curioso en mi cuaderno de forma totalmente casual...
Charles y que llegue pronto la luz nada de oscuridades, un abrazo.
No surrender también es cierto que sólo se dedico a eso, a perseguir la fama con ahinco. Gracias a ti por tu palabras.
anarkasis no se que es más dificil vivir o morir, no lo tengo tan claro ;)
Herri si había leido lo que dices de Melville, de los tiempos enq ue trabajo como escribiente de un abogado, pero hay mucha leyenda entorno a Chatterton.
Rain magnifico falsario, el crea, inventa, idea y utiliza su imaginación, gracias a ti por pasearte conmigo por el alambre :)
Vere, ya apuntaba formas eso esta claro ;), un beso.

Vere -

Te ha salido redondo. Me he divertido mucho con el personaje que no conocía y es muy interesante; fijaos en esto: "His sister relates that on being asked what device he would like painted on a bowl that was to be his, he replied, "Paint me an angel, with wings, and a trumpet, to trumpet my name over the world." Eso en jardín de infancia.

Rain -

En realidad no era un plagiario o un falsario, sino un recreador , grandioso, él sí, inimitable.

Qué tristeza, saber de seres portentosos como él, yéndose de la vida, por desesperación.

Gracias por escribir así, querida funámbula.

Herri -

Ya ves, en su época un falsario; en épocas de vanguardias podría haber sido considerado un gennio.
Hay gente que no sabe nacer en la época que le corresponde.
Alguna vez leí que Melville se inspiró en él para escribir su Bartleby, aunque no le encuentro mucho sentido a eso.
Hermoso escrito Lady.

anarkasis -

mira que es complicado mantenerse vivo,
... y encima les dan fama, pues yo a estos no los leo, ...

No Surrender -

Vaya, funambulista. Encantado de conocer a tu poeta, aunque me acompleja la cantidad de cosas que pudo hacer en una vida tan corta. Gracias por el texto :)

Charles de Batz -

Empezamos bien la semana, Lady, os leo a tí y a tu compañera amazónica y quedo admirado por el tema, el tono y la elegancia de vuestros escritos. Y eso, que como el tiempo, abunda la oscuridad...

Salud

Vailima -

Te habrás quedado bien una vez escrito este hermoso post. Has utilizado un tono sereno, casi susurrante, como evitando querer despertar al poeta.
Las ventanas... que dejan entrar la luz y que los espíritus salgan también por ellas.
Por fin encontró descanso...