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La funámbula

Y me muero por volver

Valdría un "Y decíamos ayer" pero me cuesta volver después de casi dos años con una frase tan concisa, tan pequeña. Aunque es la realidad, ha pasado el tiempo, la vida, y apenas ha cambiado nada. Estoy, como siempre, donde elegí estar. Me ha costado mucho dar este paso. No sabía como comenzar, en que punto de la historia añadir nuevas hojas a este cuaderno. Algunas noches me he paseado por él, sintiéndole como algo extraño y lejano a mí, costándome el reconocerme en muchas de las notas que lo pueblan. He vivido en una especie de amnesia, olvidada de las palabras, toda mi vida impregnada de un sentimiento único que no me dejaba respirar ni una letra. Poco a poco, he ido recuperando la que soy, poco a poco he vuelto a tener ganas de contar, de dejar que los dedos paseen por este viejo teclado. Me he sorprendido algunos días imaginando como podría ser una anotación sobre aquella pintura que me miraba, sobre el poema que dejo un rastro de hormigas en mi piel, sobre la canción que cantaba el chico de la playa. Y empecé a añorar las hojas sueltas, deseé volver atrás y poder escribir "Y decíamos ayer". Del deseo a la acción han pasado meses, dándole vueltas a escribir en otro sitio porque aún me sentía como una ladrona de espacios, porque este era el alambre de la funámbula y yo no era ella. Hoy me siento de nuevo la funámbula, siempre en el alambre, en el filo de la verdad y la mentira, de lo posible y lo imposible, de lo trágico y lo grotesco.

Y si, soy la misma, volveréis a leer sobre pasión, sobre sentimentalismo, sobre emociones y muy poco raciocinio, seguirá sin haber lógica ni cerebro, es mi naturaleza. Volverán a poblar los fantasmas de los suicidas las páginas del cuaderno, los románticos incurables dejarán su tinta indeleble, los ilusos constructores de castillos en el aire me acompañarán, mis obsesiones y mis fobias pugnarán por escapar de la cárcel de mis palabras, mis amores derribarán las tapias de la corrección.

Me siento como el hijo pródigo, hoy más que nunca este cuaderno no es un hijo, es un padre que me vuelve a acoger después de la travesía del desierto, no puede vivir en la arena quien nació para resistir el embate de las olas.

Bienhallados, sigamos con la espiral.

8 comentarios

ladydark -

Doña gata para mi si que es una alegría sentir sus pisadas por este páramo (esperemos que por poco tiempo). Un beso bien fuerte (la imagino con los Oscar esta noche)

gatavagabunda -

Fíjate qué poco ha cambiado todo que has entornado ligeramente la puerta y aquí seguimos los de siempre ;-)

¡Un abrazo! Estoy feliz de reencontrarte.

ladydark -

@Doña C., ya sabe que gran parte de culpa de esta vuelta es suya, asi que ¡gracias por insistir siempre que me hacia la remolona!
@Vere es muy, muy, pero que muy agradable y emocionante veros por aqui pese al tiempo transcurrido, un besazo bien fuerte.

Vere -

Acabo de pasar por lo de Anarkasis y vengo corriendo, aunque me he que dado sin palabras, te diré que todo este tiempo hemos notado tu falta.
Un abrazo emocionado.

C.Martín -

El tiempo viene muy bien a los buenos vinos y esta bitácora ha pasado ya a ser crianza, degustémosla.
En cualquier caso, ya era hora, guapa :-)

ladydark -

Charles para mi si que es un auténtico placer verte por aqui, no pensaba que nadie se acordaría de este viejo cuaderno abandonado. Amigo he cambiado poco, la verdad es que en esencia sigo siendo la misma, sólo me he amoldado un poco más a las circunstancias. Un abrazo y nos vemos.
Ese viejo brujo incansable, como en el caso de Charles siento una inmensa alegría al leerte, espero ir recomponiendo este pequeño mundo poco a poco. Un abrazo Carlos.

Carlos César Alvarez -

Vaya, Milady, me has dado la alegría del día; qué digo del día... ¡del año!
De nuevo en el alambre, con todos nosotros.
Un besote de este viejo brujo.

Charles de Batz -

Pues bien hallada Lady, me alegra muchísimo saber de ti después de todo el tiempo pasado. ¿Seguimos siendo los mismos?. Espero que no, aunque los sentimientos que mueven nuestro espíritu sigan siendo los mismos, espero que no; por lo menos del todo.

Me alegro mucho de que hayas decidido tomar el paso y volver a dejar tu rastro en este cuaderno. Con tu permiso, seguiré volviendo a leer tus huellas.

Salud