Para ti que sólo tienes 15 años cumplidos...
El sábado por la noche estuve en el concierto que organizaron en el Teatro Monumental, "La edad de oro del pop español". Consistía en ofrecer una nueva visión de temas clásicos de la llamada "movida madrileña" o "nueva ola", haciendo arreglos orquestales a algunas de las canciones que marcaron una época. No puedo decir si los temas quedaron bien o fueron meras anécdotas acompañadas de la Orquesta Sinfónica de RTVE, dirigida por Adrián Leaper. El valor sentimental que para mi conllevaba esa pequeña obra musical trasciende cualquier opinión que pueda verter sobre su calidad artística. A riesgo de ver a mi generación inmersa en algo que en otras me parecieron bodrios (véase los múltiples regresos de artistas españoles de los sesenta organizando conciertos en pandilla), me dejo llevar por la emoción del recuerdo de otros tiempos. Allí estaba Germán Coppini desgranando canciones, dándome un golpe bajo al contarme que son "Malos tiempos para la lírica". Llegó Javier Andreu, sin frontera pero en "El límite", Jose Maria Granado, recordándome que estuve entre las "Chicas de colegio", Iñaki Fernández sin bigote y menos ye-ye, pero nada ha cambiado "Todos los negritos tienen hambre y frío", Álvaro Úrquijo con secretos y muriendo por mis "Ojos de gata". Hasta vino Rafa Sánchez a llevarme a "Sildavia" unida a un lobo-hombre. Y al final me cogió de la mano Nacha Pop y volví a ser "La chica de ayer". Todas esas canciones, las que menciono y otras mil que construyeron mi adolescencia, mi juventud, con las que lloré y reí, bailé y aprendí, las que escuchaba cuando me enamoré o cuando me rompieron el corazón por primera vez, todas, estan tan pegadas a mi piel que el sábado no pude evitar que la emoción me desbordara. Llorar al ver en un escenario a "Los Secretos" sin Enrique, uno de tantos genios brillantes que desaparecieron, engullidos por la vorágine de las drogas o el sida, llorar al ver juntos después de 20 años a Antonio Vega y Nacho García Vega, como si el tiempo se hubiese parado en aquel concierto en "Jácara", cuando yo era tan joven que aún creía en los paraísos sin pérdidas. Llorar porque Antonio Vega aun se mantiene en pie, aún es capaz de hacer un puñado de canciones como rosas maravillosas que completan un ramo de despedida para Marga, llorar porque ahora ya sé que para llegar al paraíso hay que pasar por el infierno.
Perdonarme esta evocación ñoña, pero una ya no tiene 15 años, ni siquiera 20 y ya pasé los 30, aunque siempre me quedará el recuerdo de los años dorados.
9 comentarios
jose -
Vailima -
buen fin de semana.
Herri -
Fueron otras cosas paralelas a la música lo que más recuerdo de ese Madrid, fundamentalmente revistas, algunas perdidas, como a Jafa algún vinilo; en mis estanterías siguen estando La Luna de Madrid, Madriz (esta sí, completa) y sobre todo, los primeros números de El Canto de la Tripulación.
Te felicito por el post (nada ñoño) que has escrito por ese paraíso nunca perdido.
Charles de Batz -
Creo que me ha quedado un poco petarda la reflexión, pero es que lo que me ha venido a la cabeza al leerte, en medio de la vorágine laboral en la que me encuentro inmerso y que me está obligando, y lo va a hacer durante un tiempo, a mantener un laconismo bitacoril mayor del que recomienda mi doctor.
Lo triste de todo esto es que en el fondo avivan nuestra nostalgia para mercachiflear con ella... Al fín y al cabo -suponen-, el poder adquisitivo de quienes entonces apenas podíamos comprar un LP cada mucho tiempo, es ahora más elevado y capaz de permitir que por la lagrimita que nos sacan con evocaciones tipo "Década Prodigiosa" -para los 60s-, y "Edad de Oro" -para los 80s-, gastemos unos cuantos euros redondeados en varios cds...
Afortunadamente los dioses aprietan, pero no ahogan y desde los cielos parecen haber enviado a un divino cuadrúpedo, que nos ahorra unos cuartos sin que a cambio los paniagudos de la SGAE tengan que sentar los suyos en peor cuero para contar el dinero.
Prefiero no pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor, que para eso ya esta mi resorte nostálgico dispuesto a saltar en cualquier momento y hundirme en una ciénaga de rememoranzas apesadumbradas. Lo único que nos puede llenar de esperanza es mirar al futuro, pensando que seguiremos disfrutando de él por lo menos tal y como estamos ahora.
Salud
ladydark -
Doña Gata ,donde nos llevó la imaginación, donde con los ojos cerrados se divisan infinitos campos...
Vailima afortunada, muy afortunada, ser feliz a tiempo completo debe de ser maravilloso, yo me conformo con pequeñas parcelas temporales de felicidad.
alcaper, muchas gracias por tu comentario, me he pasado por tu cuaderno, es muy interesante y muy cuidado, un pequeña joya que recomiendo a todos.
alcaper -
Me hubiera encantado estar en el concierto.
Vailima -
No todos los paraísos son los perdidos.
gatavagabunda -
tanto tiempo
que llegué a ver sombras en color...
Jafatron -
Por cierto, y qué decir de "la chica de ayer" que acompaña al texto, retratada en blanco y negro, en tonos claros que brillan con intensidad como las pasiones de una adolescente, y oscuros, como corresponde a una joven dama oscura ;)