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La funámbula

Naderías

<h3>Naderías</h3>

Ayer en la oficina, mientras lidiaba con las cuentas de mis clientes, Aida, la señora que limpia, revoloteaba a mí alrededor vaciando papeleras, limpiando libros y estantes, recogiendo papeles caídos por el suelo. Empecé a hablar con ella de la manera más tonta posible, ese típico "Si quieres te limpio la mesa" y yo, que nadaba entre papeles, con cien montones de carpetas organizadamente desorganizadas (me entenderán los acólitos del caos organizado), sin hueco para poder dejar informes que seguía escupiendo la impresora, le dije que mejor otro día, total la mesa esta tan repleta que es imposible que coja polvo por ningún sitio, no queda ningún resquicio sin cubrir. Aida es ecuatoriana, se levanta todos los días a las 4 y media de la mañana para dejar la comida hecha a su familia, sus hijos preparados para ir al colegio, su casa recogida. Trabaja 10 horas al día a las que se le añaden otras dos de transporte. Y recibe un sueldo vergonzoso de su empresa que a cambio cobra su hora laboral a precio de oro a las oficinas donde va. Nada raro, lo normal, las pequeñas cosas a las que estamos acostumbrados. Sin embargo ayer comentó algo que consiguió que sonriera, mientras trabajaba y hablaba de cómo se había aficionado al café en España porque en Ecuador no es costumbre beberlo, de repente se paró, me miró con unos grandes, verdes y profundos y dijo: "Te pareces mucho a tu compañera, la que se marchó al otro despacho" (tenemos un despacho jurídico donde trabaja sólo una mujer, S., que es abogada). Yo, con cara de incredulidad, como siempre que me dicen que me parezco a alguien, le contesté: "¿A S.? ¡Qué raro, nunca lo hubiera dicho!". Ella continuó:"Sí, siempre estáis sonriendo y riendo las dos". No sé si antes de decirme eso sonreía pero después puedo aseguraros que sí. Pequeñas cosas que te hacen tomar conciencia de quien eres porque hay días que se te olvida o días en que encuentras pocas razones por las que reír, sin acordarte de que siempre has reído por cualquier motivo, que no has dejado de sonreir en ninguna circunstancia.

7 comentarios

anarkasis -

vaya horas de poner un post

Esta chica, sonriendo
ya duerme a pierna suelta y ni
funambulea,
niná.
ESTA FELIZ, y se lo dicen a la cara yo me alegro mucho.
un besazo

peggy -

Si es que la vida que llevamos no es muy normal , tanta prisa por trabajar , siempre corriendo , al final del día una sonrisa :)

Charles de Batz -

Cada vez que retomamos la conciencia de nosotros mismo -tan dada perderse por el laberinto de nuestros días-, nos parece que estamos siendo testigos del más bello de los milagros.

El texto lo dice todo de esa actitud que ves en tí, como lo dicen tu cuaderno y las palabras que tienes a bien repartir por nuestras casas.

La sonrisa es una luz que nos guía por la oscuridad.

Salud

Coronel Kurtz -

Hay que luchar cada día por no perder la sonrisa, es reflejo de que no se ha perdido el buen humor, la mejor medicina para la vida.

Vere -

Sonries en cada párrafo

Jafatron -

Es reconfortante cruzarte a diario con alguien que lleva la sonrisa pegada a la cara. Y es reconfortante que alguien, de vez en cuando, te recuerde que la llevas.
A mi las personas así me inspiran confianza y hasta me motivan para que suelte gilipolleces de tanto en tanto.

el brujo don carlos -

Y es una preciosa sonrisa la suya, milady, como puede comprobar todo el que pinche en el enlace "acerca de" que hay en la cabecera del blog ;)