Resaca de un beso
A raíz de un comentario de NoSurrender en la anotación anterior surge de improviso una explicación que poco a poco va tomando forma. Decía el Señor Lagarto:" Pero el cuadro capta un instante concreto, Señora Oscura. ¿Qué ocurrirá en el minuto siguiente? Porque ella parece sorprendida y a punto de caer. Parece más bien que ha tropezado con un beso no buscado ¿no?". Resulta que en ocasiones unas pocas palabras exploran el giro adecuado para que se abra el grifo y comiencen a fluir pensamientos.
Anotaciones a un beso pintado:
Abre los ojos despacio, detrás de las cortinas el día avanza implacablemente. Remolonea entre las sábanas, un día como hoy le gustaría que transcurriera despacio, que sólo fueran las siete o las ocho de la mañana, aunque imagina que ya debe de ser bastante más tarde. Cuando sonó el despertador de él, entre el duermevela recuerda una caricia fugaz y un feliz cumpleaños. Hoy es su cumpleaños y como regalo especial ha decidido concederse un día de vacaciones. Tras más de 20 años de laborioso y cumplido trabajo en el despacho puede darse un pequeño capricho. Un día para no hacer nada. Nada, dejarse llevar por la inercia de las horas, no planificar, no preocuparse de los minutos siguientes, mecerse en la hamaca del tiempo sin prisas. Además ya no están las niñas, el erasmus se las ha llevado a una ciudad perdida en la Europa Central. Algunos días las añora, recuerda cuando eran pequeñas y las mañanas antes de salir de casa se convertían en una tortura con la que convivir todos los días, de lunes a viernes. Él no volverá hasta la hora de la cena, todo un perfecto y dorado día por delante. Él... También recuerda cuando la vida explotaba a su alrededor, cuando los besos saltaban como gráciles bailarinas, inesperados pero siguiendo la armonía de un baile estudiado y ensayado. Cuando las caricias eran caricias robadas, robadas al tiempo, a los hijos, a las miradas indiscretas, al que dirán. Entonces la vida se resumía en sus labios, la única oración que deseaba recitar cada noche y cada mañana era la compuesta por besos sobre su boca. Ha pasado tanto tiempo desde aquel pasado que algunos días no recuerda que existiera. Pero hoy si, tal vez porque es su cumpleaños y se siente decepcionada al no encontrar sobre la almohada una flor abandonada con cuidado de no despertarla.
Vuelve a dirigir su mirada a la ventana, pensando si debería levantarse o dejarse llevar por los sueños. Mejor un café y un cigarro, y un borrar esas reflexiones matutinas sombrías y melancólicas. Al incorporarse lo descubre, una nota doblada con mimo sobre la almohada. Qué cría, se dice, cuando el corazón empieza a latirle apresuradamente, pugnando por salir del pecho que lo aprisiona. Sentada sobre la cama toma la nota entre sus manos, dejando que transcurran unos segundos, intentando descifrar mentalmente su contenido. Lo aprieta fuerte contra su palma, entre sus dedos, prefiere esperar, después llegará el momento de abrirlo, de paladearlo y saborearlo. Y sale de la cama, con la sensación de que ya no le pesa tanto el corazón.
Desayuna, no un café bebido deprisa como todos los días, se prepara un zumo, pone la cafetera, hoy no toca café en polvo, y se sienta en la mesa de la cocina con el periódico de ayer. Al lado, la pequeña nota aguarda su turno. Entre renglón y renglón la echa un vistazo, como si esperara que saliera volando en un descuido. Va a salir fuera, luce el sol, el cielo la espera despejado, sin nubes negras, sin amenaza de lluvias. No hay temporales hoy que puedan desbaratar la pequeña alegría que la enciende por dentro.
Se ducha y se viste rápidamente, da igual que ponerse, algo cómodo para poder pasear, quiere andar por su ciudad, por esas calles llenas de recuerdos, por esos rincones donde en el pasado construyó un mundo nuevo junto a él. Sobre la mesilla de la habitación ha dejado la nota. Aún tiene que decidir cuando la leerá. ¿Antes de salir o a la vuelta? Le parece mentira que él haya tenido un detalle así con ella. Antes si, en otro tiempo, en otro lugar, cuando la palabra amor no podía contenerse en los límites estrechos de un te quiero. Pero hace tanto de eso y ellos ya no son los de entonces. Algunas noches imagina que es otra persona, la que tomó otras decisiones, incluso piensa que en algún mundo paralelo está esa otra ella, viviendo una vida diferente, distinta, la dueña del destino que ella rechazó en uno u otro momento de su vida. Tonterías propias de la edad, al hacerse uno viejo el balance de tu vida acude a tu mente sin llamarlo y la mayoría de las veces se te cuela por los entresijos del pensamiento sin abrirle la puerta.
Coge el bolso y la nota, antes de salir, ahora, debe de leerla, necesita ver con sus ojos ese te quiero. Con dedos nerviosos va deshaciendo los pliegues, es del tamaño de una cuartilla, empieza: "Querida: Sé que no mereces esta despedida pero también sé que estas segura de que el final ha llegado y ya sabes que no me gustan las despedidas largas...".
Y entonces ocurre, cierra los ojos y mira, ella, la otra, la del azar equivocado, está en una habitación, una cama, una mesa, una ventana, lleva en la mano un ramo de flores, es su cumpleaños, y sobre sus labios se posa un beso robado de su amante. Es feliz en ese instante dorado.
*"Te abalanzas sobre el lienzo, que tiembla en tus manos, sumerges el pincel, aprietas el tubo de pintura (...), me secuestras en una corriente de colores. Unidos, flotamos por la habitación, nos dirigimos hacia la ventana (...). Las paredes, decoradas con telas de colores, dan vueltas, tumbándonos. Volamos hacia el exterior, por campos de flores, por encima de casas cerradas, de tejados, granjas e iglesias.".Entre las vivencias que relata "El primer encuentro", autobiografía de Bella Rosendfeld, esposa de Marc Chagall durante 30 años, se encuentran estas palabras donde ella describe como la retrató para "El cumpleaños".
12 comentarios
Capitán Pescanova -
Un beso, lady.
peggy -
2046 -
itoitz -
Un abrazo.
tzarel -
Walter Benjamin, escribía sobre objetos bellos, calles brumosas, espíritu de niebla, y de su amor a los rastros de una época evanescente, concentrado en la resaca de un beso,
observo en este post.
Saludos tzarelianos.
ladydark -
NoSurrender claro que no, eso quería expresar, que lo que vale es la decisión que tomas y esa te condiciona sin remedio. ¿Le apetece a usted una vuelta por los tejados de Madrid emulando a un diablo cojuelo :P?
NoSurrender -
Pero me gusta eso de abrir la ventana y salir volando enredado en un beso. Ahora veo mejor el cuadro :)
anarkasis -
ladydark -
Jafatron desde luego moralmente lo es, muy bestia, pero tampoco pretendía construir un cuento de hadas. Por cierto no he avanzado 20 años, ni tan siquiera un minuto, me he quedado en el instante justo en que sucede ;).
Vailima en estos comentarios se pone una señal grande de peligro antes, estoy aqui sentada, en el trabajo, frente al ordenador y te leo y se me han caido unos lagrimones de cuidado. No pierdo la esperanza, tal vez algún día y sino ocurre así tampoco pasa nada, a cambio yo he amado hasta lo indecible, es mi victoria.Un besazo preciosa.
Vailima -
un beso
Jafatron -
... El texto precioso Lady pero NoSurrender hacía referencia al minuto siguiente ¿y tu te vas 20 años? Curioso que ese fluir de pensamientos te lleven a imaginar el recuerdo de lo que está por pasar.
Anna -
Al final la vida es como aquel jardín de senderos que se bifurcan y cualquiera sabe cuál es el bueno.