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La funámbula

El loco del pelo rojo (II)

Lo prometido es deuda, seguimos con Vincent Van Gogh y una pequeña parte de sus influencias. Siempre ha despertado mi interés la cultura japonesa, me aproximé a ella a través de los haikus, después llegaron otras acercamientos literarios como Musashi, La novela de Genji, el bushido y autores actuales, como Mishima o Kawabata. En ese caminar por la literatura antes o después tenían llegar las obras pictóricas. Ahora os traigo un pequeño ejemplo de los pinceles de Vincent.

En 1854 Japón, tras siglos de hermetismo, abre sus puertas al mundo exterior, promovido principalmente por el Tratado de Kanagawa con Estados Unidos. La restauración Meiji tuvo lugar en 1868 y marca el inicio de una nueva orientación del país, que pasó del aislamiento a la total apertura de sus fronteras no sólo territoriales, sino de todos los campos del saber. La Exposición Universal de1867, dedicó una sala al arte japonés, con tanto éxito, que lo japonés se puso en boga, no solo en el mundo del arte, sino también en la decoración, en la moda, y hasta la literatura y la música. La pintura tenía una temática parecida a la impresionista, escenas de la vida diaria, como jardines, teatros, árboles en flor o paseos en barca. La pintura japonesa utilizaba colores planos y el contraste entre estos. Aun careciendo de perspectiva lineal, conseguían dar profundidad a sus composiciones gracias a los cambios de tamaño.

Van Gogh idealizó el mundo japonés, encontrando en ello una evasión de las costumbres y hábitos de la civilización occidental. Veía a Japón como un lugar idílico, de la misma manera que Gauguin en las lejanas islas del Pacífico. El arte japonés vino a apoyar su independencia del arte académico oficial, adoptó los colores planos del arte japonés, se despreocupó de la perspectiva geométrica y utilizó el color negro muy utilizado en la historia pictórica japonesa.

Prueba de todo esto son las dos recreaciones que Van Gogh realizó de dos obras de Hiroshige :

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   Hiroshige                              Van Gogh

 

Y también sale a la pista uno de los cuadros que más me han gustado de Van Gogh. que fue realizado expresamente como obsequio para su sobrino recién nacido, “Ramas de almendro en flor”, en el cual podemos observar su inspiración en el mundo japonés, por ejemplo en el maestro Hokusai,

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   Hokusai                                  Van Gogh

Y termino con otro loco maravilloso que también reinterpretó el arte japonés, Jorge Luis Borges:

Hoy no me alegran
los almendros del huerto.
Son tu recuerdo.

 

9 comentarios

gatavagabunda -

Sí, ha salido el segundo volumen, y para mi desgracia comprando juntos tomo 1 y 2 hacen descuento, ¡ffff! podían haberme avisado...

Herri -

Como muy bien dices el descubrimientos de las estampas japonesas fué algo que influyó en más de un pintor impresionista; siempre se nombra a Van Gogh como el más influenciado por ellas, pero no lo fueron menos otros, como su amigo Gauguin o Toulouse-Lautrec; simplemente cada uno de ellos tomó de estas estampas lo que creyeron más conveniente a su pintura.
Las reproducciones de estampas japonesas eran algo que pasaban de mano en mano entre los artístas de la vanguardia.
Yo particularmente conocí antes el grabado japonés que otros aspectos de la cultura japonesa; en mi casa paterna existían dos tomos de ellas a los que me solía acudir en mi adolescencia en busca de sus dibujos eróticos, pero entre ellos había muchos otros que sin serlo me atraparon el corazón.
Después, sí, llegaron Kawabata, el haiku, y el cine japonés; Kurosawa, Ozu, Mizoguchi, Naruse,los que aun debiendo al cine occidental su trascendencia a nuestra cultura no dejan de beber de el drama No y Kabuki, y de los grabados de Utamaro, Hokusai etc, como hicieron sus antecesores.
Todo esto último también me atrapó el corazón.

A los que pudieron acabar con el primer tomo de la preciosa edición del Genji de la editorial Atalanta, decir que ya ha salido en segundo volumen.
Doble mortal y caida a la red.

Vailima -

Japón es a los neoimpresionistas como Grecia a los románticos. No obstante, sea Japón o las islas, todos buscaban lo mismo: depurar un arte "contaminado" de academicismos mediante técnicas innovadoras desde el punto de vista de Occidente. Volver a los orígenes, a la pureza o a la infancia del hombre.
Con un poco de suerte, el Petros y una seridora (junto a dos parejas más) marcharemos hacia Japón el otoño que viene con la ventaja de que nos acompañan una japonesa y su marido. En fin, todavía estamos ahorrando...

Charles de Batz -

A mi me pasa que conozco poco de la cultura japonesa, lo básico que se suele decir: me gusta la literatura de Yukio Mishima y Akiyuki Nosaka; reconozco que no pude con La novela de Genji, y me encanta componer Haikus de vez en cuando.

De lo que más disfruto es quizá de su cine, de Kurosawa -Dersu Uzala es quizá una de mis películas favoritas-, de Ozu -maravilloso y triste en ocasiones-, e Ichikawa -El arpa birmana, otra de mis favoritísimas-.

Pero, quitando esto poco más. Por eso, al leerte, a uno le dan ganas de profundizar un poco más, desperezarse y conocer sobre todo aquello que hizo a autores como Van Gogh idealizar aquella maravilloso y complicadísima cultura.

Salud

ladydark -

Jafatron es que mis "placeres" quedan siempre al descubierto jajaja. Me alegro de servir de puente entre tu y la parte que desconocias de la cultura japonesa. Por cierto, ¡que estupendo Miyazaki!, aunque de el seguro que la gata nos puede ilustrar más y mejor :).

ladydark -

Me da mucha envidia ese viaje Doña Gata, es una de mis grandes ilusiones, visitar Japón. Ah, antes de que se me olvide, el de Van Gogh aparece como almendro y el de Hokusai creo que es exactamente un ciruelo.

jafatron -

De la cultura japonesa confieso que hasta ahora solo me había acercado a la vertiente tecnológica, desde pequeño siempre me ha gustado mirar de reojo el mercado japonés pues allí suelen ir un pasito por delante en juguetitos para mayores.
Del resto tan solo conocía un haiku que me regaste tú, lady, en mi antiguo cuaderno y "La casa de las bellas durmientes" de Kawabata (ahora que lo pienso, también me lo mandaste tú). De la producción pictórica, sin contar el anime japonés (que tiene obras geniales como la de Hayao Miyazaki en "el viaje de Chihiro), cero patatero. Pero fíjate, vuelves a ser tú quien me acerca a ella, y de la mano de Van Gogh nada menos. Genial, lady, interesantísimo el post.

Iroiro arigatou.

gatavagabunda -

Me gusta más la versión de Van Gogh que el original ;-)

(¿Son almendros, no cerezos? pregunta de ignorante)

gatavagabunda -

Japón es para mí como para Van Gogh: un sueño. Me gusta su literatura y su cine, Mishima más que ningún otro, y, casualidades de la vida, en estos momentos estoy por la página 337 del Genji (exquisita edición en castellano, aunque yo diría que es más hija de sus traductores que de Murasaki Shikibu). Además quiso la diosa Fortuna regalarme varios días en Kyoto, y con Genji estoy reviviendo las orillas del Kamo y del Katsura, la avenida Nijo, las colinas del Kiyomizu-dera, en fin, una ciudad increíble, donde el urbanismo salvaje convive con la tradición más exquisita en plácida armonía.

Quien pudiese volver...

Y por cierto, el auténtico arte japonés no está (para mí) en sus manifestaciones plásticas. Está en sus jardines. Sencillamente sublimes: no os lo puedo describir. Hay que verlo.