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La funámbula

El leopardo rampante y el gattopardo danzante

 

Para empezar el año, después de los excesos navideños, os traigo algo esplendoroso y decadente. Siguiendo el hilo de mis queridos náufragos, me veo envuelta desde el asfódelo a Visconti y desde aquí me resulta fácil llegar a "Il Gatopardo" y al autor y novela que dan pie a la magnífica película del director.
Giuseppe Tomasi di Lampedusa nació en Palermo en un medio aristocrático el 23 de diciembre de 1.896. La severa educación familiar configuró su carácter poco sociable y también su precoz afición a la lectura, que se convertiría en su principal ocupación. Inició la carrera de Derecho sin terminarla nunca, y vivió del patrimonio familiar sin ejercer ninguna profesión. En 1.932 se casó con Alejandra Wolf-Stomersee, aristócrata letona que le abrió las puertas de la literatura rusa. Fruto de su afán lector, en los años 50 algunos jóvenes estudiantes acudían a él para que les diese lecciones de literatura de forma desinteresada.
En 1.954 el barón Lucio Piccolo, primo de Lampedusa, acudió con sus poemas inéditos a una reunión de escritores en San Pellegrino Terme. Tomasi lo acompañó en este viaje. En ese momento adquiere la confianza necesaria para lanzarse a escribir. En 1.956 tenía terminado "El Gatopardo", cinco cuentos y un estudio sobre Stendhal inacabado. Este año manda la novela a Mondadori que la rechaza, igual que ocurriría en 1.957 con la editorial Einaudi.
El 23 de junio de 1.957 Lampedusa muere como consecuencia de un cáncer de pulmón en una clínica romana sin ver publicada su novela.


"El Gatopardo" arranca con el desembarco de Garibaldi en Sicilia en 1.860. El protagonista, Fabricio Corbera, príncipe de Salina, es consciente de los cambios que se avecinan y por ello no se opone al amor de su sobrino Tancredi, que se ha alistado con Garibaldi, hacia Angélica, hija de un campesino adinerado que se ha beneficiado de la revolución. A pesar de esta aceptación, al ser invitado a participar en el senado del nuevo reino, el príncipe se niega, ya que considera que sus valores no son más nobles que los del anterior régimen. La novela acaba con su muerte y la ruina de su familia.
La narración se articula en las reflexiones introspectivas del príncipe. Este asume una posición desencantada y llena de resignación. Niega cualquier progreso real de la sociedad siciliana e italiana, se encierra en su propio mundo moral y contempla con ironía e, incluso, desprecio, el empeño de los que le rodean en defender privilegios antiguos o reivindicar modernas prerrogativas. Se resume la actitud del príncipe en probablemente la frase más famosa de esta novela: "Si queremos que todo siga como esta, es preciso que todo cambie. Una de esas batallas en las que se lucha hasta que todo queda como estuvo. No queréis destruirnos a nosotros, vuestros padres. Queréis sólo ocupar nuestro puesto. Para que todo quede tal cual. Tal cual, en el fondo: tan sólo una imperceptible sustitución de castas".
El tiempo de la novela abarca desde el desembarco de Garibaldi hasta noviembre de 1.862, cuando el nuevo estado italiano se haya definitivamente asentado. Presenta a las clases sociales del sur de Italia desde una perspectiva cínica y desilusionada, una aristocracia que no puede adaptarse al cambio de época, un clero reaccionario, una burguesía que sólo actúa por interés personal y los campesinos que sólo saben oponerse a su destino con bárbaras explosiones de violencia. Además esta forma de ser que nos describe Lampedusa, es parte de la mentalidad siciliana para él, de manera que cualquier tentativa de regeneración está destinada al fracaso. Los diferentes personajes, que reflejan la actitud de las distintas clases sociales frente a la Unificación italiana, se muestran indiferentes ante los problemas colectivos y sólo son sensibles al impulso de sus pasiones.
El príncipe de Salina resulta un trasunto del autor, impotente ante la realidad y reivindicativo de una especie de moral que consiste en la contemplación del mundo que le rodea, la observación sin intervenir desde un punto de vista irónico.


Si me preguntan porque "El Gatopardo" es una de mis lecturas favoritas podría decir que aparte de su lirismo, de la decadencia y el nihilismo que desprende, de ser una parábola perfecta sobre un mundo que desaparece, de la sensualidad de un pasado desvanecido, cuando llegué a la última página de esta novela había aprendido sobre un periodo de la historia italiana contemporánea más de lo que muchos ensayos históricos podrían enseñarme. Eso para una apasionada de la historia es mucho...
(Por cierto os recomiendo que también veáis la bellísima película sino lo habéis hecho)

14 comentarios

la vida soñada de los ángeles -

Acerca de la lentitud, la escena del baile, tiene cierta lentitud, más notoria hoy por contraste. Es que cuando las películas son largas y con planos algo lentos, por partes, se nota. Sean éstos de los años 70, como las francesas, por ejemplo o las de hoy, que son largas, sin ser lentas como las coreanas, o por ejemplo una que no tiene lentitud y que es larga "Pandillas de Nueva York". Scorsese, por presión, tuvo que cortarla.

Así que la distinción entre lo largo y lo lento va justa.

Esta película de Visconti es laaaarga y hermosa. Por momentos es lenta y eso no afecta su belleza, sino que la subraya. Es lo que creo.

Salute.

anarkasis -

no te creas gata, que es un pequeño comentario, en esa clasificación que propones hay pocas.
Tiene que ser lo suficientemente mala, pero no tanto, como para que tu acompañante no se salga de la sala, y piense, en atender o dejarse atender.. otros menesteres.
Entonces, en otros tiempos, ESA ERA UNA GRAN PELÍCULA. y no se hacía nada nada lenta, porque ahora de lenta nada, rápidamentesesacael duvedé y se laaaaanza porlaventana...

Por aquellos entonces los italianos echaban carreras a ver quien hacía la película mas larga (he escrito larga, no lenta), algunos se les pasaba el metraje y te liaban una biología o mejor en términos marsistas triología por las que babeaba Visconti.

es solo cuestión de formato.

otros, intento pasar por tu sala gata, pero el portero me dice que el carné, y cuando me "cuelo" resulta que ya están saliendo los créditos y el THE END, (seguiré intentándolo).

ladydark -

Doña Gata, estírese usted y hablenos un poco de la película ;)

gatavagabunda -

... ¿se me permite un pequeño comentario? Sólo las películas malas son lentas. Esas sí que se hacen horriblemente lentas.

ladydark -

La vida de Lampedusa es casi coincidente con la del principe de Salina, un personaje fuera de época, perteneciente a un pasado extinto, totalmente de acuerdo Charles.

Charles de Batz -

Creo que fue hace cosa de un par de años que salió una magnífica edición del libro; yo la verdad, no lo había leído hasta entonces y casi desde el principio me dejó totalmente enganchado.

Y es que sólo la curiosa vida y manera de ver las cosas del señor de Lampedusa pueden compararse con el tono de su obra.

La vida soñada de los ángeles -

Va completo... :)

LadyDark, es que lo cambiante es un signo que me ayuda a ampliar la mirada.

Sí, me interesa leer la novela, mas por ahora aún...

La lentitud, filmada en planos inteligentemente elaborados, es maravillosa. Eso sucede con esta película, es una exquisitez.

Vere -

Para mi que lo mejor es que crea un espacio mítico, una Sicilia de enorme potencia evocadora -me ha salido de pomposo...Anarkasis, hay cosas que si son buenas, no importa que se alarguen (en mi modesta opinión) je je.

ladydark -

Vere ¡que quisquilloso! jajajaja. Teiens razón pone en cuestión la Revolución garibaldiana, pero eso no quiere decir que no describa el clima y su desarrollo :) (lo de "Los novios" es mucho... Y si el vals, que bien me conoces ;))
Anarkasis te prometo que no me estoy riendo, pero es que me lo pones muy dificil, anda que menudo guasón estas hecho, un abrazo.

anarkasis -

consulté al oráculo de Siwa y me dijo:
"no quiso decir Visconti quiso decir Gatopardo, entonces posteará el Gatopardo"
pasé y zas, el gatopardo.
...y como te diga que hasta la tercera no me enteré que era el Gatopardo, ¿éH?
¡Toda la peli buscando el maldito gato! ¡y mira que es laaaaarga!, y que diálogos tan laaaargos, que planos tan laaaargos, y el polvo ese que se masca, que llena toda la sala que te dan ganas de cerrar los ojos...y que al salir te sacudes..
como os riais no vuelvo, éH?


Vere -

Te ha faltado una t, gatto imagino que como la t de Lolita - ja ja, sorry pero no puedo evitarlo y, además me ha encantado, describes muy bien las sensaciones que hemos tenido leyéndola y luego con la espléndida película. Ha creado un mundo que nunca nos abandonará (espero Alois mediante).
Me llamado la atención que esa sensación de haber entendido un pedazo de historia creo que no es compartida de forma mayoritaria en Italia porque viene a poner algo en entredicho la Idea de la Revolución Garibaldina -con todos los respetos, son un poco raros, porque Los Novios como Libro Nacional, no sé.
Bueno que me lio, pero sabía que ibas a poner la escena del vals.

ladydark -

Querida (y cambiante)lavsodelosa, dando en el clavo, lo terrenal que contendría lo divino (aunque a mi también me gustaba lo de "estéticas elevadas" ;)). La película es una maravilla pero te recomiendo que leas la novela, estoy segura de que tampoco te decepcionará, de hecho Visconti la sigue bastante fielmente.

lavsodelosa -

Sobre las "estéticas elevadas": eso está filo/solemne. Nada de "estéticas elevadas". Se trata de algo más terrenal que contiene lo que si existiera el infinito espacio celestial, sería divino.

Abraxo.

lavsodelosa -

Tu post me suscita una reflexión central: la recuperación de una actitud estética ante la vida.
Estética y ética, como por ejemplo la que irradiaba el Príncipe, inolvidable personaje.
(Sólo vi el film y a Lampedusa, lo vi representado en una película en canal Europa, ya comenzada. Aún así, pude apreciar la personalidad del escritor, de una ética profundamente elevada).

Por una parte creo que en estos tiempos, la frescura de las estéticas cambiantes son enriquecedoras. Lo que se expande, velando las posibles liberaciones mentales son las vulgarizaciones de la diversión. Hay como una estupidez enarbolada maniqueamente y su influjo es evidente.

Pausible tu post, Funámbula.
Un gran salute.