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La funámbula

Y somos dos fantasmas que se buscan

<h3>Y somos dos fantasmas que se buscan</h3>

"...Basta de preguntas. Son preguntas que dormían en el Averno: ¿por qué conjurarlas a la luz del día? Son grises y tristes y contagian su condición. No afirme usted que dos horas de vida son, sin duda alguna, más que dos páginas de escritura; la escritura es más pobre, pero más clara..."

"Luego llegó ese tierno telegrama, un elemento de consuelo para la noche, esa antigua enemiga (si no bastó, no ha sido realmente por culpa de usted, sino de las noches. Estas breves noches temporales casi podrían enseñarle a uno a temer la no­che eterna)."

"Ayer te aconsejé no escribirme a diario. Hoy sigo opinando lo mismo; considero que sería un beneficio para ambos y vuelvo a aconsejártelo, con mayor insistencia aún ... Sólo que, por favor Mílena, no sigas mi consejo y escríbeme a diario. Me basta con unas pocas líneas, algo más breve que las cartas de hoy, dos líneas, una, una palabra ... pero el privarme de esa palabra me causaría un terrible dolor."

"He permanecido hasta la una y media de la mañana sobre esta carta, sin hacer nada más; pero la contemplaba y, a través de ella, te contemplaba a ti. A veces, y no en sueños, me parece verte con el rostro oculto por la cabellera; yo divido el pelo y lo aparto hacia derecha e izquierda. Tu rostro aparece, yo rozo tu frente y tus sienes y luego sostengo tu rostro entre ambas manos."

"¡A quién se le ocurrió que la gente puede mantener relaciones por corres­pondencia! Uno puede pensar en una persona ausente y puede tocar a una persona presente; todo lo demás supera las fuerzas humanas. Pero escribir cartas significa desnudarse ante los fan­tasmas, cosa que ellos aguardan con avidez. Los besos escritos no llegan a destino, son bebidos por los fantasmas en el camino. Y esa abundante alimentación hace que los fantasmas se multi­pliquen en forma tan desmesurada. La humanidad lo percibe y lucha contra eso; para eliminar en lo posible todo lo fantasmal que se interpone entre los hombres y para lograr una comunica­ción natural, para recuperar la paz de las almas, ha inventado el ferrocarril, el automóvil, el aeroplano. Pero ya es tarde; es obvio que esos inventos han surgido en plena caída. La otra parte es mucho más serena y fuerte: después del correo inventó el telégrafo, el teléfono, la telegrafía sin hilo. Los fantasmas no morirán de hambre, pero nosotros sucumbiremos."

Fragmentos de Cartas a Milena . Franz Kafka

Kafka tiene treinta y seis años cuando conoce a Milena Jesenská, ella tan sólo veinticuatro. Es Milena la que inicia la relación al ofrecerse, por carta, como traductora de su obra al checo (Kafka escribía en alemán). La misiva es respondida y la correspondencia crece. Las cartas dirigidas por Kafka a Milena cubren más o menos dos años, de 1920 a 1922. La comunicación se debilita por el reconocimiento de la enfermedad del escritor, la lejanía física de ambos, motivada por las estancias de Franz en sanatorios y balnearios para recuperar la salud y la imposibilidad de ella de abandonar a su marido, el escritor Ernst Polak.

Milena Jesenská y Franz Kafka tenían rasgos comunes que propiciaban la atracción mutua, pero otras facetas de sus personalidades los separaban. Franz Kafka era un hombre prudente, cauteloso, estrictamente honesto. Milena Jesenská, periodista, traductora, escritora, era una bohemia, disipadora y siempre dispuesta a violar las reglas con las que nunca se había identificado. En una carta al escritor Max Brod, Jesenská había escrito todavía en vida de Kafka: "Frank no tiene capacidad para vivir. Frank jamás podrá curarse. Es una persona obligada al ascetismo por su terrible lucidez, pureza e incapacidad de compromiso".

En el otoño de 1921, éste le entregó todos sus diarios, señal de estima y confianza, especialmente si se tiene en cuanta que nunca quería mostrar su trabajo a nadie, ni siquiera a sus editores. Poco antes le había dado los manuscritos de Desaparecido y de Carta al padre, y nunca le pidió que se los restituyera.

Milena en la Segunda Guerra Mundial ayudaba a los refugiados alemanes, huidos de Hitler. Tras la ocupación de las tierras checas por las tropas nazis el 15 de marzo de 1939, Milena se sumó a la lucha clandestina contra los ocupantes. Fue detenida por la Gestapo en noviembre de 1939 y recluída en el campo de concentración de Rawensbruck. Demacrada, aquejada de artritis y un doloroso eczema, en el campo de concentración Milena Jesenská contrae una grave enfermedad renal y fallece el 17 de mayo de 1944. Los nazis arrojaron sus cenizas a un lago vecino a Rawensbruck.

Milena Jesenská escribió para Franz Kafka en su muerte palabras como estas:

"Era un hombre clarividente, demasiado sabio para poder vivir, demasiado débil para querer luchar; pero su debilidad era la de los hombres nobles y rectos, que son incapaces de luchar contra el miedo, la incomprensión, la falta de amor y la hipocresía, y que conocedores de su incapacidad, prefieren rendirse avergonzando así al vencedor."

"Sus obras se caracterizan por la expresión de un sordo temor por los secretos desconocidos y la evidente inculpabilidad de la culpa entre los hombres. Fue un artista de conciencia tan escrupulosa que supo permanecer alerta donde los otros, los sordos, se sentían seguros."

13 comentarios

Alejandra -

Kafka me ha mostrado lo que siempre he sido y en el me reflejo como en el espejo...siento que le he leído desde siempre.

ladydark -

Jafatron, tienes razón, a veces por la inmediatez de la recepción no terminamos de valorar su significado completo y da la impresión que las palabras se nos escapan, pero al fin y al cabo, aunque escapen, corren hacia la jaula del otro.
Charles, bien decía Jafatron que faltaba algo aqui, tus siempre bellas palabras, me gusta ese final perfecto "Y sin embargo, sus nombres han quedado unidos para siempre. Quizá eso es lo que importe."

Charles de Batz -

!Que recuerdos tan lejanos...!, hace tanto de aquello, que el sólo recuerdo despertado por tus palabras parece invocar más de un fantasma que parecía desparecido...

Recuerdo que al leer las cartas a Milena, me daba la sensación de estar leyendo en ellas los más profundos y sinceros sentimientos de su autor; su corazón al desnudo que diría Baudelaire.

Las cartas de Kafka, en general, parecen ser su única comunicación con el mundo exterior, las pocas palabras en claro de un autor que -para muchos- podría resultar demasiado críptico.

Pero es que además, cuando se habla de las que dirige a Milena, parece que se está dibujando ante nosotros, o estamos presenciando mejor dicho, un acto de amor en estado puro, desinteresado y en el que todo aspecto físico parece verse compensado por una fuerte carga espiritual. No en vano, Kafka describía a Milena como -traduzco-: "lo más bonito que me ha pasado en la vida".

Leí no hace mucho tiempo la comparación que se hacía entre el caso Kafka-Milena y los que se pudieran dar hoy en día a través de las nuevas tecnologías. Es fácil comprender el paralelismo, pero no completarlo sin su capítulo final, que hace de ambos figuras trágicas en las que se mezcla la muerte del romántico -con mayúsculas, aunque yo no las ponga- por tuberculosis, con la producida por la mayor lacra que ha dado el siglo XX -los campos de concentración nazis-.

Hasta en ello se ve que eran distintos -como tu bien dices-, como si pertenecieran a épocas y modos de ver las cosas totalmente diferentes.

Y sin embargo, sus nombres han quedado unidos para siempre. Quizá eso es lo que importe.

jafatron -

Por cierto lady, para esconder la lima de anarkasis mejor un bocadillo de tortilla

jafatron -

Yo también creo en la fuerza de las palabras, y ahora, en esta época nuestra han cobrado protagonismo, las palabras vuelan de una lado a otro con la agilidad de la inmediatez y quizá por eso parecen haber perdido importancia. Ahora es muy fácil enviar una carta, incluso puedes escribirla, escanearla y mandarla con sobre y sello por gmail, pero ha desaparecido en parte esa ilusión de encontrar un sobre esperado en el buzón.
A pesar de eso quizá hoy es cuando más echamos de menos a los demás por sus palabras. En un post como este, por ejemplo, echo yo de menos las de Charles para acabar de redondearlo.

A saber que hubiera sido de Kafka y Milena con un messenger de por medio.
Precioso post lady.

ladydark -

Anarkasis¡¡ No, no, no lo tengo. Primero gracias por pensar en mi :) y segundo, si te llevan a la carcel yo te escribo cartas jajajaja ...Ea bueno, y te llevo un bocata de jamón ;)

anarkasis -

taspasao
estamos tristes yo, y yo mismamente, tanto que hecho de menos un pañuelo, sniff.
pobrecitos, falta..
sniff...
ba.. el apretujón...sniff. y la musiquilla de fondo, todo un guión.
bueno, pues ayer casí te robo una imagen de, snifff

- ¡anda! esto para la ladyd..
- ¿y esa quien es?
- cosas mias
....metrópolis está entre sala y sala en el bellasartes un cartel con la mano y una M, tachánnn...
estoy quitando el flax y:
- no se puede usar las cámaras está prohibido, ya se lo he dicho otras veces.. ¿porque a usted nos es la primera vez que se lo digo verdad?

la madre que la trujo,...menos mal que rotan las vigilantes por las salas,
tengo que volver por la "susana y los viejos", (algún día me la llevaré) si puedo te "piyo" con la cámara el cartel, ¿o lo tienes ?

ladydark -

Herri no puedes imaginar cuanto me ha emocionado tu comentario, mi madre siempre me regaló palabras, cuando empecé a leer, asi sueltas, luego pequeñas frases, despues pequeñas historias, luego las palabras de otros... Me has traido seguramente el más bello recuerdo de mi vida, gracias Herri.

Herri -

....O el poder de la Palabra.
Se me agolpan tantas cosas que decir sobre este post que quisiera convertirme en un Baterbly cualquiera.
Malditos fantasmas que a su antojo intentan succionar o insuflar a su conveniencia la transmisión de las palabras.
Yo tenía un recuerdo infantil de algun personaje que regalaba palabras; durante una época larga de la infancia de mi hijo, cada mañana le dejaba un papelito en el que yo había escrito una palabra: libélula, palorrosa, ulular, caléndula..., hoy, ya solamente de vez en cuando, me sigue pidiendo su ración de palabras.
Precioso post lady.

Vailima -

A veces la cercanía y sobre todo la rutina de saber a la persona que amas siempre a tu lado, nos lleve a los humanos a comunicarnos menos, a intuir sentimientos en lugar de saborearlos profundamente.
De vez en cuando hablo a través de un papel a esa persona en un intento ingenuo de que los besos no sean atrapados por fantasmas. Los fantasmas, como todos sabemos, aparecen cuando existe un vacío y ya es demasiado tarde para volver atrás y poner remedio. Son así de listos. Pero los tengo calados.
un beso Lady, me ha encantado el post.

gatavagabunda -

Es curioso que confiase a ella sus diarios antes que a ninguna otra persona, pensando en que ella ocupó un periodo relativamente breve de su vida, y que suponemos además que gran parte de su conocimiento mutuo se basaba en aquellas cartas. Pero todos hemos confiado alguna vez en circunstancias así, ¿verdad? Todos hemos sentido alguna vez que la comunicación escrita podía cubrir lagunas que nunca vadeamos en persona.

ladydark -

Bienvenido/a tormenta de arena, me alegro de que te haya conmovido, eso quería transmitir cuando lo escribí, las "Cartas a Milena" me resultaron descorazonadoras, desesperadas, me atravesaron como una centella fulgurante, dejando al final una estela de amargura. Yo también creo en las palabras, mi vida sería muy poco sin ellas.

tormenta de arena -

"Pero escribir cartas significa desnudarse ante los fan­tasmas, cosa que ellos aguardan con avidez. "

Creo tanto en el poder de la palabra escrita para derribar barreras entre las personas que todo este post me ha conmovido muchísimo...