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La funámbula

Al borde del mar en Guernesey

<h3>Al borde del mar en Guernesey</h3>

De resultas del caos en el que sigo inmersa, los proveedores de internet han decidido boicotearme indefinidamente supongo que contagiados por el ambiente que se respira enestenuestropais, me dedico a rescatar textos que escribí hace tiempo, pequeñas hojas que espero que cuenten con vuestra benevolencia al leerlas.

Este óleo es uno de mis favoritos, se llama "Al borde del mar en Guernesey". Renoir lo pintó en 1.883, a la vuelta de su viaje a Argelia. Se recrea en una luz falseada ya que es la costa anglonormanda y, sin embargo, la dota de la luminosidad mediterránea. Esta pintura se enmarca en la época más "impresionista" de Renoir, con pinceladas cortas, combinando un uso arbitrario del color. La luz baña toda la composición, difumina los contornos, nos confunde con el fondo. Este cuadro, junto a otros pintados en el mismo año, supone el último eslabón con el impresionismo, le dice a su amigo y marchante, Ambroise Vollard: "Había recorrido el camino del impresionismo hasta el final, para llegar a la conclusión de que no sabía ni pintar ni dibujar. En pocas palabras me encontraba en un callejón sin salida...". A partir de entonces su estilo cambia conservando el color del impresionismo, pero acercándose al dibujo, inspirado por Ingres. Sólo un último apunte sobre la personalidad de Renoir, los últimos 20 años de su vida padeció artritis, pero siguió pintando con un pincel atado a los dedos. Degas le comparó con un gato jugando con madejas de lana de muchos colores. Y ahora escuchemos al maestro rebatir todo esto: "Hoy día se quiere explicar todo, pero si se pudiera explicar un cuadro, no sería una obra de arte. Debo decirle a Vd. ¿Qué cualidades constituyen a mi juicio el verdadero arte? Debe ser indescriptible e inimitable... La obra de arte debe cautivar el observador, envolverle, arrastrarle. En ella comunica el artista su pasión; es la corriente que emite y por la que incluye al observador en ella."


A partir de aquí es mi voz la que habla y le hace caso a Renoir.
Siempre me ha gustado este cuadro, probablemente por que cuando lo conocí me encontraba en un momento personal de desolación y soledad. Me pongo enfrente de el, y ya no soy yo, soy esa pequeña figurita frente a un inmenso mar. Cierro los ojos y oigo el tremendo rugir de las olas, aunque el sol me baña, de vez en cuando siento un escalofrío. Mientras miro el mar delante de mi, pienso. Recuerdo otros días felices en Guernesey. Aquellos en que el sol de primavera calentaba mi espalda, en que mis manos jugaban despreocupadas con las pequeñas hierbas del campo, en los que recogía flores en ramilletes, mezclando sus colores como una paleta de pintor. Veía las gaviotas bailar su danza sobre el mar, y las olas me sonreían desde su boca blanca y luminosa. Entonces no había pasado ni futuro, el presente transcurría leve, dejando un perfume de mar y tierra húmeda. Ahora me encuentro tan perdida en este mismo lugar, el sol y el mar, ya no son los mismos, o tal vez yo soy otra, no la que jugaba y soñaba al borde del mar. Y aunque noto que me observan a lo lejos, no quiero darme la vuelta, no quiero ver a nadie, quiero que el mar me arrulle y me haga volver a abrir el cofre de las ilusiones de entonces, quiero que el sol me marque un camino para salir de este vacío. ¡Es todo tan bello a mí alrededor y yo guardo tanta tristeza entre mis dedos! Tal vez algún día llegue un paseante a Guernesey y se acerque al borde del mar, y me mire, y yo le vea contra el sol, con un halo luminoso, y me sonría, y en su cara brillen las sonrisas de las olas de entonces.

Ahora tomo un poco de distancia, me alejo de Guernesey y, aunque nunca he estado, imagino el día en que cogeré ese avión a Zurich, preguntaré por una única dirección, Heimplatz 1, y veré desde lejos el Kunsthaus, entraré nerviosa, con el corazón desbocado, tap, tap, tap, un martilleo en los oídos, y por fin me encontraré frente a frente con él. En ese momento la niña que construía sueños al lado del mar, la mujer que estaba sola en ese acantilado y yo, nos conoceremos. Y seguramente rodarán lágrimas por mis mejillas, que terminarán sobre el suelo de ese museo lejano, mi emoción quedará siempre prendida a esa imagen, sellada por el sol, el mar y las lágrimas.

9 comentarios

daoine -

Hola funámbula.

Estoy haciendo un estudio sobre Renoir y estoy investigando sobre este cuadro. A mí también me parece precioso. En cuanto a la duda que te ha planteado gatavagabunda, seguro que no sólo supera al cuadro, sino que verlo en su entorno, en un museo y en otra ciudad, le añade una emoción desconocida. Hace poco viajé a París buscando otro cuadro de Renoir y es emocionante estar allí frente a un cuadro soñado. ¡Que no te roben el sueño!
Bueno, a lo que iba. No estoy tan segura, aunque lo digan en algunas páginas, de que este cuadro represente Guernesey y que fuera pintado en 1883. Eso estoy investigando ahora. Quizás necesitemos un viaje al Kunsthaus ;)
Tengo en mis manos el libro "Renoir landscapes", que es un catálogo en inglés de la National Gallery de Londres donde analizan este cuadro. Al parecer ese lienzo no está fechado por el autor y los estudiosos opinan que corresponde a 1879, y que lo que retrata en verdad es Normandía, cuando fue a visitar a la familia Berard. Este cuadro lo habría hecho a la vez que "Cliffs at Berneval", en el que también retrata a una persona sola mirando el mar, esta vez desde un acantilado.
Estoy intentando que sea el propio museo de Kunsthaus el que me diga cómo figura allí, si está fechado en 1879-80 o en 1883. A ver si lo consigo.

Ojalá algun día puedas visitar Zurich y veas este cuadro. ¡Suerte!
Un abrazo.


ladydark -

La vida esa era la esencia, a mi, que me da miedo la soledad, poder llegar a verla como una vieja amiga. Besos fuertes en fotografías en B/N :)

La vida soñada de los ángeles -

LadyDark, describes un estado sublime. Es como si ya hubieras llegado a Zurich, o como si ya estuvieras frente a aquella marina inmensidad, entre el cielo y el mar, liberada y entregada a tu única soledad.

La soledad como una ruta vasta y llena de sorpresas.

Abraxo.

anarkasis -

nos vamos los tres
tu
yo
y yo misma.

ladydark -

Doña Gata ni siquiera se me había pasado por la cabeza, pero aunque no se acercara supongo que la carga emotiva que le he dado prevalecerá, aunque lo mismo luego me da un ataque de risa :)
No surrender tomo nota para cuando vaya ;)
Fanshawe, no no he ido, es algo que tengo pendiente, algún día lo haré aunque sólo sea un viaje de ida y vuelta en pocas horas. Esperemos que no me decepcione, ¡seamos positivos!
anarkasis pues ya sabes, si quieres nos vamos juntas/os ;)

anarkasis -

se trata de un museo en que gran parte de las obras están "bajo sospecha" por haberselas reapropiado de los judíos, tras la segunda guerra mundial,
pero si que merece una concienzuda y detenida visita.

fanshawe -

¿Y fuiste? ¿Y lo viste?

Que mala es la empatía, que miedo me está entrando a que el lugar, como dice la gata, se quede a años luz del lugar que se creó en tu corazón delante del cuadro...

NoSurrender -

Ya se sabe que la naturaleza intenta desesperadamente imitar al arte: demos tiempo (time) al tiempo (weather) del mar de Guernesey. Pero usted, señora oscura, no se mueva de ahí; está usted estupenda ;)

Pero ya que está en Zurich, quédese a cenar. Hay unos restaurantes estupendos, llenos de vinos, quesos y carnes.

gatavagabunda -

¿Y no has pensado, querida Lady, que quizá el original no supere ni se acerque siquiera al cuadro?